EDUCACIÓN INTERDISCIPLINARIA

La Educación Interdisciplinaria pretende la aproximación crítica a las distintas conceptualizaciones teórico-Metodológicas que desde los distintos campos disciplinares inciden en el desarrollo de la educación, buscando la reflexión y el análisis para constituirlas como base para formular propuestas innovadoras en las que las interrelaciones docente-alumno-medios-contextos de enseñanza-aprendizaje-filosofía y concepción de hombre, entre múltiples aspectos que hacen de la educación un todo complejo, sean recuperadas para dar respuesta a las cambiantes necesidades de los diversos grupos sociales rebasando las delimitaciones impuestas por los espacios áulicos y los abordajes tradicionales de los sistemas formales y no formales.

domingo, 14 de octubre de 2012

Expresión escrita


¿Por qué enseñar a leer y a escribir en la Universidad?
 
La cultura universitaria supone para el estudiante que ingresa la exposición a nuevos campos del conocimiento y por ende, a formas de apropiación del mismo que requieren de acciones específicas y orientadas. Puesto que el estudiante se enfrenta con áreas del saber hasta ahora no exploradas, las instituciones deben procurar brindar las herramientas necesarias con el fin de propiciar una integración paulatina y una contextualización del sujeto en la cultura universitaria.

Esta contextualización, lejos de pensarse como una nivelación o como un remedio para los vacíos del estudiante, debe asumirse como un acto de responsabilidad que familiariza con una dinámica distinta de acceso al conocimiento. En última instancia lo que se pretende es, tal como lo afirma María Cristina Martínez,  “enseñar a pensar” (2002) como criterio básico de la calidad de la educación.

En este contexto, la lectura y la escritura constituyen elementos nucleares en la construcción del universo semiótico propio de la cultura académica, pues sin lugar a dudas, dichos procesos suponen, teóricamente, un marco filosófico que los vincula con las diferentes formas de la praxis humana (Charolles, 1978). Ellos  implican la consideración de que la actividad humana es un sistema de acciones, de relaciones epistemológicas, de influencias y transformaciones, que tiene un carácter social y cultural (Vygotsky, 1993).

Se comprende pues, que la lectura y la escritura no son simples procesos de instrumentalidad de la comunicación, al respecto Carlino (2005) demuestra que son condiciones para la creación y transformación de saberes, pues significan un ordenamiento particular de la consciencia y  por ende, una forma singular de estructurar el conocimiento. En este sentido, múltiples investigaciones antropológicas, históricas, lingüísticas y psicológicas (Ver Goody, 1996 y  Ong, 1987), otorgan a la escritura y a la lectura una significación relevante en el proceso de construcción de saberes.

La escritura y la lectura además se convierten en las actividades mediante las cuales se da la retroalimentación y determinación de idoneidad y certificación de los aprendizajes de los estudiantes de acuerdo con las competencias de referencia que se propongan, lo cual tiene como consecuencia importantes cambios en la capacidad cognitiva del sujeto. De allí que deba admitirse la necesidad de un trabajo particular con la lectura y la escritura en el ámbito universitario; es decir, un reconocimiento de “el conjunto de nociones y estrategias necesarias para participar en la cultura discursiva de las disciplinas así como en las actividades de producción y análisis de textos requeridas para aprender en la universidad.” (Carlino, 2007, p.13).     

 

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